26 de junio de 2011

Alcornoques, boyas, colmenas y guerrilleros

Vamos allá con una historia curiosa, anecdótica. Galicia no es tierra de alcornoques, sobreiras en gallego. El mapa adjunto muestra que ni Galicia ni el corredor que desde ella recorre el norte de la península reúnen condiciones naturales óptimas para su desarrollo: es un árbol propio de climas mediterráneos.

'Distribución natural' del alcornoque

Pero siempre hay que buscar distintas fuentes de información. El mapa anterior procede de la voz Quercus Suber –alcornoque- de la wikipedia española, tomado a su vez de la Enzyklopädie der Laubbäume (Enciclopedia de Árboles Caducifolios), publicada en Hamburgo en 2006.

Uno sigue buscando y encuentra otro mapa elaborado por Euforgen, en el que comprobamos que las Rías Bajas y las cuencas del Sil y del Miño encajan en las áreas de distribución natural de nuestro árbol. Es la Galicia más mediterránea, por decirlo así. Aquí tenemos la parte del mapa correspondiente a la Península Ibérica.

'Distribución natural' del alcornoque

Así que no es de extrañar que en el sur gallego hubiese sobreiras y, como es sabido, el interés de las mismas reside en su corteza, en el corcho, usado en la elaboración de tapones para embotellar todo tipo de vinos; una actividad que se inicia en España –en Girona- en el siglo XVIII. Pero el corcho recibía otros usos que explican la presencia de alcornoques en las comarcas gallegas antes señaladas.

Uno de ellos era la fabricación de boyas para la pesca, antes de que llegasen las de plástico, claro. Las declaraciones de los peritos del Catastro de Ensenada a mediados del siglo XVIII lo dejan bien claro en el caso de dos parroquias próximas a la desembocadura del Miño, en la frontera con Portugal.

Los peritos de O Rosal especificaban que los vecinos poseían “Dehesas de Robles, Pinares y Sauces que sirven sus maderas para la composición de las viñas terrestales; que sirven sus maderas para Arcos de las vasijas donde se recoge el vino; Alcornoques que sirve su descorcha para Boias de las Redes”. Y lo mismo señalaban los peritos de la limítrofe parroquia de Tabagón: “Ay tambien Dehesas de Alcornoques que solamente produzen Corchos, y sirben para boyas de Redes, y las de primera calidad se descorchan a los tres años, las de segunda a los cinco y las de tercera a los siete”.

Tabagón (1752), Catastro de Ensenada

Rodríguez Santamarina, en su Diccionario de Artes de Pesca publicado en 1923, señala que el corcho seguía siendo el material favorito para las boyas, pero recalca que se usaba ... de todo: calabazas, bidones y barriles, latas, botellas e incluso ‘pieles de cabra cosidas e infladas’.

1923

El corcho también se empleaba en la fabricación de colmenas para las abejas. Al igual que en el caso de las boyas, cabía la posibilidad de usar otros materiales como la madera. Aquí tenemos la imagen de un trobo, la palabra gallega con la que se designa a las colmenas cilíndricas, elaborado con cortiza. Procede del libro Ourense Etnográfico (Diputación de Ourense 1998). Casi una reliquia porque en la actualidad pocas serán las colmenas de corcho que siguen en activo.

Colmena de corcho

Boyas, colmenas, revestimientos para las suelas de los zuecos, poquísimo comparado con el uso estrella del corcho que fue, sin duda, el de los tapones. La industria corchotaponera, que así se llama, tuvo en España su mayor desarrollo en Cataluña, no tanto porque hubiese allí muchos alcornoques como porque fueron empresas catalanas las que supieron dar respuesta a la demanda de tapones proveniente de las firmas embotelladoras de vino y champán francesas y alemanas, una demanda a la que se sumó más adelante la surgida de la propia industria vitivinícola española.

En Galicia, con pocos alcornoques y predominando la venta de vino sin embotellar, envasado en barriles para su venta y consumo a granel, la fabricación de tapones fue algo anecdótico. Tengo noticias de dos fabricantes que curiosamente iniciaron su actividad casi al mismo tiempo.

Uno de ellos fue la compañía coruñesa Palacios y Ripamontty, de la que he encontrado un anuncio publicado en 1888. La Primitiva, tal era el nombre de la fábrica, además de tapones elaboraba ‘lamparillas y chalecos salva-vidas’, lógicamente de corcho y para uso de marineros. Supongo que sería un taller artesanal por mucho que proclamase su condición de ‘fábrica montada a máquina’. Curioso que su domicilio fuese la calle Socorro ... por lo de los salvavidas.

1888

En ese mismo año de 1888 otro anuncio nos revela el nacimiento de una pequeña industria dedicada a los tapones y a los productos de corcho llamada Las Hermitas, que tuvo una vida más larga que la coruñesa. Estaba ubicada en el municipio de Silleda, en el lugar de A Bandeira. Su dueño era Miguel Nicolás Bandeira.

1888

Al seguir la pista a esta fábrica descubrí dos cosas interesantes y desconocidas para mí. La primera es que esa zona de Silleda y A Estrada reune buena parte de los más antiguos ejemplares de alcornoques que se conservan en Galicia. Aunque hay que señalar que si siguen en pie es porque sirvieron como adorno de pazos y de plazas públicas, nada que ver con los millones de alcornoques que pueblan las dehesas portuguesas o extremeñas con fines productivos.

Las ancianas sobreiras de Balboa, Valiñas o Siador fueron compañeras de otras cuyas cortezas empleaba la fábrica de Bandeira para, supongo, abastecer de tapones a los fabricantes gallegos de vinos y licores embotellados y para surtir de boyas al sector pesquero. No sé si para servir de abrigo a las abejas: puede ser, porque eran muchas las colmenas existentes en Galicia, casi 370.000 a mediados del siglo XVIII, según el Catastro de Ensenada.

Aparte de que hubiese cierta abundancia de alcornoques en su entorno, A Bandeira era escenario de una feria quincenal bastante importante, y estaba en la ruta de los arrieros que traían vino del Ribeiro hacia los mercados de Santiago, A Coruña y comarcas circundantes. Otro factor que puede explicar la ubicación del taller de Miguel Nicolás.

Mi segunda sorpresa fue que un nieto del fundador se convirtió en lugarteniente del más conocido guerrillero antifranquista de Galicia, el Foucellas. Nuestro personaje se llamaba Miguel Nicolás Esperante, su apodo era ...  ‘O Corcheiro’ y su agrupación guerrillera se llamó ... ‘Os Corcheiros’. Presento a continuación lo poco que se sabe del personaje. Traduzco del gallego.

Algunos datos biográficos de Miguel O Corcheiro. Miguel Nicolás Esperante, más conocido por el nombre heredado de su profesión de corchero: ‘Miguel dos Corcheiros’. Fue sin duda el dirigente de la guerrilla en la comarca del Deza más conocido. Uno de los dirigentes guerrilleros más destacados de la provincia de Pontevedra. Miguel nació en 1915 en Taragoña, municipio de Rianxo, hijo de Alfonso Nicolás, de Bandeira, y Dolores Esperante, de Taragoña, [quienes] vinieron a A Bandeira para hacerse cargo de la fábrica de corcho que regentaban sus antepasados en la parroquia de Chapa; por tratarse de un punto estratégico para confeccionar corcho, pues contaban en la comarca con abundantes alcornoques, materia prima para llevar adelante esta industria. Miguel trabajaba en la fábrica de corcho. En tiempos de la República era el encargado de repartir por A Bandeira el periódico Mundo Obrero (órgano del Partido Comunista). El 1º de enero de 1935 ingresa en el Partido Comunista (...). Con el estallido de la Guerra Civil, Miguel es detenido el 21 de julio de 1936 (...) Preso en el Lazareto (Isla de San Simón) junto con los demás compañeros de Silleda, más tarde es destinado al Batallón de Trabajadores de León, luego al de Ourense y por último a Miranda de Ebro (...) Ya en A Bandeira, entre los fascistas y los guardias civiles le hacían la vida imposible. (...) Son dos circunstancias bien diferenciadas las que en 1943-44 originan la creación de la agrupación de guerrilleros conocidos popularmente como Os Corcheiros. (...) A finales de 1947 se crea la V Agrupación de Guerrilleros fundada por Seoane, jefe militar de la guerrilla en Galicia, integrando a Benigno Andrade ‘Foucellas’, como jefe de la agrupación guerrillera que actúa al norte de la provincia de Pontevedra [quien] empleaba la casa de Os Corcheiros como lugar de parada. Pasaba dos noches y luego desaparecía también por la noche." Miguel ‘O Corcheiro’ murió en extrañas circunstancias en abril de 1948, cuando asaltaba la casa de un falangista de Silleda.

Información que procede del artículo de Alberte Maceira, “A guerrilla na comarca do Deza”, en el libro Homenaxe a Antón Alonso Ríos e Ramón de Valenzuela (Xunta de Galicia 2006, pp. 117-131), y de la voz Miguel Nicolás Esperante en la galipedia.

En fin, lo habitual de las pesquisas. Empezamos con el tranquilo alcornoque y acabamos en medio de los guerrilleros.

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