Estamos ante un documental de 1931 titulado 'Galicia y Buenos Aires' que me
resultó muy interesante porque escasean este tipo de filmaciones de la vida
rural gallega. Una cosa es contemplar fotos, y otra ver a la gente en acción.
Más abajo haré un resumen del documental –dura 28 minutos- y luego ofreceré
información sobre la historia del mismo, una historia con cierta miga.
Es mudo y como verá el espectador los textos explicativos entre escena y escena se mantienen durante tiempo y tiempo, para dar tiempo y tiempo a las gentes de aquella época, poco habituadas a leer. Paciencia.
Es mudo y como verá el espectador los textos explicativos entre escena y escena se mantienen durante tiempo y tiempo, para dar tiempo y tiempo a las gentes de aquella época, poco habituadas a leer. Paciencia.
Los protagonistas pertenecen al
pueblo de Fornelos da Ribeira [Fornelos de la Ribera], en la comarca de O
Condado al sur de Pontevedra, llamado así y no Fornelos a secas para
distinguirlo de otro pueblo más al norte, Fornelos de Montes. Acá ofrezco dos mapas
para que el lector se ubique.
Fornelos da Ribeira, entre Ponteareas y Salvaterra de Miño (Pontevedra) |
La primera escena -que no llega hasta casi el minuto 3- corresponde a
alegres segadoras, dale que te pego con el fouciño [una hoz pequeña],
sudando pero contentas porque las están filmando. Antes de la faena entonan un alalá agitando los fouciños que, claro, no podemos oír. Luego se coloca el cereal en medas, en montones.
Después de esparcidos los haces
de trigo por la eira corresponde a
los varones mallarlo [majarlo], golpearlo con
los mallos para separar el grano de
la paja. Tal como hacen estos ancianos de la foto en Lalín, recuperando viejas
tradiciones.
Malla en Lalín (foto procedente de turismolalin.org) |
Tras tanto trabajo viene un
momento de relax para tomar vino en cuncas
[cuencos], bastante grandes por cierto, que circulan de mano en mano y de
boca en boca. Más alegría.
Pasamos ahora a los trabajos de sembrar
el maíz, ‘la principal riqueza de la comarca’, nos dicen. Hay que arar, distribuir
el estiércol y echar la simiente, a voleo. Las vacas ponen la fuerza de tiro.
Otro descanso, ¿para?. Pues para beber
vino, again, esta vez en calabazas,
el rico vino del Condado de Salvaterra. Un jovial campesino riega la boca
y la cabeza de un chaval con el zumo de uva, y después un texto nos dice que “O señor
José da Patricia, antes de beber, acaricia a cabaza diciendo: ‘iste é o
que me ten a mín en pé’, y Abel da Pancha entona un retumbante aturuxo que chega ó Piñeiral.” Una pena no poder oir el aturuxo.
Ahora toca recoger la harina en
el molino y una buena moza, la ‘agraciada Celsa da Marela’ acompañada del
pequeño ‘Enriquiño da Parda’, carga un saco en la cabeza para llevarlo hasta
casa pasando cerca de una cascada.
Lo siguiente son parejas tonteando
en una pradera, acompañadas de una cabra, mientras un pescador lucha con las
truchas y otros vecinos pasean en lanchita en un remanso del río, haciendo
grandes aspavientos hacia el cameraman.
Un sulfatador reparte azufre por
las viñas para combatir el mildiu, un
hongo que perjudica a la vid. Y, por cierto, sulfata a todos los que pasan por
su lado.
Dos preciosas nenas acarician a su tierno corderito,
su tesouro, y luego una recua de
niñas pasea también a sus ovejas y corderos en brazos tras haber intentado encontrar ‘o
encanto dos mouros’ en el lugar de Os Castros. Yo iba de pequeño a un lugar
parecido, a unas grandes piedras que se decía tenían debajo tesoros dejados por
los moros, ¡qué recuerdos!. Y había cerca otra enorme piedra de granito con las pisadas de Santiago Apóstol. Subías
a ella y encontrabas dos huecos con forma de zapato que habían sido formados, claro está, por la
erosión; pero según la tradición allí había puesto sus pies el Apóstol.
Paisanos y paisanas con vacas en
una carballeira y feria de ganado en
Ponteareas. Las calles ocupadas por la gente y el ganado, sin tráfico de automóviles.
Chiringuitos portátiles en la feria, donde ‘las gentes de los contornos se
surten de los menesteres caseros’. Rematada la feria, vuelta a casa, con las
cestas al brazo.
Cambio de tercio. Va a inaugurarse la casa social del Sindicato Agrícola y Ganadero ‘El Progreso’ de Fornelos. Hombres con corbata y muchos bigotes, que echan sus firmas mojando en el tintero.
Las niñas de la escuela de Fornelos están invitadas a la inauguración,
y desfilan de a tres, muy formales con sus libros en la mano. Los niños también
van, pero salen de su escuela en fila de a dos y después ya... a rumbo, con un
estilo más masculino.
Nueva casa social supone fiesta
con banda de música, La Filarmónica
de Ponteareas, que interpreta... La
Marsellesa y el Himno de Riego. Acaba
de proclamarse la República en España.
La celebración trae consigo sus
correspondientes discursos inaugurales. Los asistentes portan pendones y
banderas para escuchar a los oradores, y proceden de muchas parroquias del
contorno. ‘La brisa primaveral hace flamear las banderas en el templete y la
muchedumbre se prepara para oir la palabra de los oradores’. Hablan Herberto
Blanco, Agustín Rivas y Amado Garra. Después sabremos quienes son.
Toca ahora ir a la iglesia, a
cumplir con el precepto. ‘Deberes domingueros’ dice el texto. Mucho niño con
boina y también mucho varón adulto con la cabeza cubierta. Las mujeres con el
pañuelo a la cabeza.
Bajada de la cuesta de As Fraguiñas. Sin coches, sin postes ni
cables de teléfono o de electricidad. Visita al cementerio y después la tradicional
romería. Ahora sí, circulan coches haciendo rally y todos los pasajeros van bien
protegidos con cinturón de seguridad, claro. Mozas y no tan mozas hacia la
ermita. Más coches con los pasajeros perfectamente sujetos en sus asientos; ni
rastro de la Guardia Civil de Tráfico. Baile en la romería con ‘rosquillas do
Riveiro’ y ‘viño do Condado’ para pasar la tarde. Visita a la capilla de
Pesqueiras, arrimada a una enorme roca.
Y ya por último, la Junta
Directiva del Sindicato ‘El Progreso’ celebra la inauguración de su casa social
en Fornelos con la clásica ‘merendada’, o sea, merienda. Vino, jarras y cuncas; boinas y sombreros agitados al
aire. Recuerdos a los que están en Buenos Aires, acompañados de buenos tragos
de vino directamente de la jarra. Fin.
Los de Fornelos participaron desde el principio en el mayor proyecto del agrarismo gallego de los años 1920, Marucoga (Mataderos Rurales Cooperativos de Galicia), que llegó a establecer un matadero frigorífico en O Porriño en 1928, luego fracasado.
No recuerdo cómo me enteré de la
existencia de este documental. Pero me interesó, claro, y la primera vez que lo
vi no presté mayor atención al hecho de que fuese rodado en Fornelos da
Ribeira, un pueblo que no conozco. Ahora, luego de investigar sobre el tema, me
doy cuenta de que en Fornelos se juntan dos historias especiales, la historia del
movimiento agrarista y la historia de los esfuerzos de los emigrantes en América por
mejorar las condiciones de vida de sus lugares de procedencia.
Estamos ante una localidad cuyos
habitantes laboraron activamente para impulsar su agricultura y su ganadería, pero
también con el fin de poner coto al caciquismo. Y para conseguirlo colaboraron
estrechamente los de aquí con los de allá, con los emigrados al
otro lado del Atlántico. De modo que nuestro documental nace del deseo de los
Hijos de Fornelos en Buenos Aires de ver con sus propios ojos la vida diaria de
su pueblo y el resultado de su aportación a la construcción de la sede social
del Sindicato Agrícola local.
Los ‘Hijos de Fornelos’ en Buenos
Aires fueron pioneros en constituirse como sociedad para apoyar el progreso de
su pueblo de origen. Primero con el nombre La
Concordia y luego desde 1920 como Hijos de Fornelos y Anexos. En su
trabajo “Redes sociales y asociacionismo: las ‘parroquias’ gallegas de Buenos Aires (1904-1936)”,
Núñez Seixas señalaba que
“Todo un enjambre de sociedades
gallegas de ámbito parroquial, municipal y comarcal surgió en Buenos Aires, al
igual que en La Habana (y, en menor medida, Montevideo), entre 1904 y 1936, con
un período de máxima intensidad global entre 1907-1925. La primera sociedad de
instrucción conocida en Buenos Aires surgió en abril de 1904. Se trataba de La
Concordia, una asociación de los naturales de la parroquia de Fornelos da
Ribeira (Salvaterra de Miño, Pontevedra). En su génesis, La Concordia
resumía los factores que harán posible el desarrollo de las sociedades
microterritoriales: redes microsociales de vecindad y parentela operantes en
Buenos Aires, proximidad residencial y/o de lugar de trabajo, y combinación de
intereses en su liderazgo entre notables y activistas políticos. La entidad
nació a iniciativa de 37 inmigrantes procedentes de Fornelos, muchos de los
cuales trabajaban en la fábrica de herramientas, propiedad de los coterráneos
Manuel y José M. González, en una calle céntrica de Buenos Aires, con el primer
objetivo de dotar a la parroquia de origen de un nuevo cementerio civil y
religioso.”
Después de algo tan básico como
el cementerio, llegarían las escuelas y una casa para el
Sindicato. En el lado de acá, los de Fornelos se implicaron en el movimiento
agrarista, en la creación de sociedades que aspiraban a defender de modo colectivo los intereses del agro, al igual que hacían los
obreros con sus sindicatos.
Las sociedades agrarias
luchaban por los derechos de los campesinos y por la modernización
técnica de la agricultura. En nuestro caso, como ya señalé, la colaboración
entre Galicia y Buenos Aires fue notable. La venta de ganado vacuno se había
convertido en una buena fuente de ingresos, y para impulsar su mejora se realizaban concursos de ganado. Los emigrados financiaron uno en
Fornelos.
1927 |
Otra cosa importante era asegurar
el ganado vacuno para, como en todos los seguros, recibir una indemnización cuando
se producía la pérdida de uno de los bienes más valiosos del campesino. También
en este asunto los bonaerenses echaron una mano.
1927 |
Los de Fornelos participaron desde el principio en el mayor proyecto del agrarismo gallego de los años 1920, Marucoga (Mataderos Rurales Cooperativos de Galicia), que llegó a establecer un matadero frigorífico en O Porriño en 1928, luego fracasado.
1928 |
Y como ya vimos, además de cementerios y
escuelas, o de concursos y seguros de ganado, los emigrados de Buenos Aires contribuyeron a financiar -tema
estrella del documental- la sede social del Sindicato, una iniciativa surgida
en 1927 y concluida en 1931.
1927 |
En definitiva, tras tanta
colaboración entre los de acá y los de allá, surgió la idea del documental. Su exhibición
en Fornelos, en junio de 1931, justo dos meses después de la proclamación de la
2ª República, fue todo un éxito.
1931 |
Los oradores que pronunciaron discursos en la inauguración –Herberto Blanco, Agustín Vidal y Amado Garra- eran tres fervientes
republicanos. El más destacado de los tres era Amado Garra, abogado residente
en Vigo que llegó a ser alcalde de la ciudad olívica durante buena parte del
año 1932. Era uno de los propietarios de la importante firma de curtidos de
Ponteareas Hijos de Garra.
1927 |
La República fue bien acogida por
los de Fornelos. Y una de las razones de tan buena acogida fue que la
instauración del nuevo régimen alimentó las esperanzas de que se aclarase por fin una
muerte acontecida en 1920, la de un viejo labrador agrarista llamado Juan
Domínguez Viéitez. La justicia había dado carpetazo al caso –muerte accidental-
pero no tardaron en surgir las sospechas de que la red caciquil dirigida por los Bugallal
estaba detrás.
Un periódico de Santiago recogía
la noticia en febrero de 1920: “Dicen de Puenteareas que en la mañana del día 2
de este mes fue visto tendido panza abajo sobre una charca en el punto llamado
Curxido, el cadáver de Juan Domínguez Viéitez, viudo, de 74 años de edad, del
barrio de Pedrapiñeira, en la parroquia de Fornelos, municipio de Salvatierra.
De las actuaciones hechas por el Juzgado se desprende que la muerte fue
casual.”
La convicción de que había habido
una mano negra, un asesinato político, fue en aumento, y se creó una ‘Comisión pro-esclarecimiento
del crimen de Fornelos’ que recaudó fondos por diversas localidades gallegas y
recibió múltiples apoyos de sociedades agrarias y obreras.
1927 |
La indignación había subido de
grado cuando en Sobredo (Tui), a 10 kms de Fornelos, una protesta contra el
pago de los foros –rentas de la
tierra- culminó en la muerte por las fuerzas del orden de tres campesinos en 1922. Abajo el titular de la noticia, y aquí puede verse un reportaje-documental sobre dichos sucesos, en gallego y de 9 minutos.
1922 |
En 1932 eran grandes las expectativas de que las autoridades de la
República promoverían la revisión del caso y se aclararía por fin lo sucedido con Juan Domínguez.
1932 |
Pero nada se consiguió. En
vísperas de la Guerra Civil el asunto seguía atascado en el Tribunal Supremo.
1936 |
La Guerra Civil española (1936-39) y las directrices políticas y económicas del régimen franquista truncaron no sólo la investigación sobre el crimen sino también la labor de los agrarios y su cooperación con los emigrados en América.
Más detalles sobre esta historia en el siguiente artículo, escrito por F. Garrido y publicado por el semanario El Tea en 1936 y que describe la fundación, los logros y las dificultades de la Juventud Progresiva de Fornelos. El Saturnino Piñeiro que se cita fue el autor de los textos del documental.
Más detalles sobre esta historia en el siguiente artículo, escrito por F. Garrido y publicado por el semanario El Tea en 1936 y que describe la fundación, los logros y las dificultades de la Juventud Progresiva de Fornelos. El Saturnino Piñeiro que se cita fue el autor de los textos del documental.
“En el invierno del año 1918, a
un pequeño grupo de muchachos se les dio por fomar una sociedad, a mejor decir,
sintieron la necesidad de agruparse; de tener un lugar donde pasar unas horas
de esas noches largas; de alejarse de las tabernas, focos de vicios que llevan
al hombre al crimen y al robo. Se consiguió de albergue en el barrio de Casco
en una casa de Amadeo Monteagudo. Allí fue el principio de reunión; allí fue
donde se empezó por considerar la necesidad de constituirse en entidad; (...)
Con la colaboración del incansable luchador Saturnino Piñeiro Groba, que en la
primavera de 1919 (Marzo) se aprobó sus reglamentos con el nombre de ‘Juventud
Progresiva’. Así nació la ‘Juventud Progresiva’, con el consiguiente disgusto
de los de ‘enfrente’, porque veían que tras ellos resurgía un vivir más
moderno; que eran las Antorchas que en sus llamas se vislumbraba otra claridad
más sana; que romperían esas fuertes cadenas del caciquismo; desde el mismo
altar se hacía objeto de mil conjeturas en perjuicio siempre de obstruirle el
camino, conceptuándola de una sociedad peligrosa; haciendo llegar a los padres
de esos jovenes las más soeces amenazas, tan solo con el fin de destruir a la
naciente sociedad (dos rapaces, como me
chamaban). (...) mirando siempre hacia las necesidades del campesino, ha
procurado dar mitines, siempre con el desinteresado concurso de los dirigentes
del Agrarismo D. Amado Garra, los señores Piñeiro y otros, los verdaderos
luchadores de la causa Agraria, por cierto en ese entonces y antes perseguidos
tenazmente por las huestes del Bugallalismo. (...) Se acogió a la Ley de
Sindicatos la naciente entidad. Consiguió la feria de ganados; organizó un
concurso de los mismos, que fue un acto brillante ante propios y extraños,
dando así una nota de valentía y entusiasmo (siempre con el consiguiente
descontento de los de ‘enfrente’), llegando a ser la entidad más fuerte y
respetada del distrito; organizó la ‘Sección de Seguro de Ganados’, elevando al
seguro un capital de 90.000 pesetas. (...) Desde el púlpito procuraban
estorbarle, mientras otras entidades celebraban sus reuniones libremente, La
Juventud Progresiva tenía que celebrar, cuando no se le negaba el permiso, con
las parejas de la Guardia Civil presentes y ¡cuidado!. No obstante todos los
obstáculos que se nos puso con una campaña contraria, difamante, no se ha
retrocedido un paso. Esto es un esquema de la obra realizada durante la
opresión de gobiernos y autoridades hasta el advenimiento de la República. Del
triunfo obtenido en las elecciones que trajeron la República, fue la que dio la
nota sobresaliente en el distrito de Salvatierra, fue la que izó la bandera
tricolor en el Ayuntamiento, pese a los figurones de esos días. (...)”.
Como hijo de Fornelos me enorgullece de ver como aquellas personas con inquietudes lucharon por mejorar las vidas,entre ellas, mi tio abuelo Rogelio Estévez Cambra, que siendo conservador ayudó siempre a todos, sin importarle la ideología de cada uno. Esto es pasa a mí, como republicano y fundador de la 1ª cooperativa de Enseñanza en España y que tan poco arraigo tiene hoy día, pese a su importancia. El pueblo de hoy, desgraciadamente no es como el de aquel entonces. Un cordial saludo (Me pueden ver en www.condadodesalvatierradominho.es).
ResponderEliminarManuel A. Estévez.
Le envío yo también mis saludos, D. Manuel, y sepa que me alegro de haber aportado un grano de arena al conocimiento de los logros de los hijos de Fornelos. Y reciba mi enhorabuena por su trabajo al frente de www.condadodesalvaterradominho.es
ResponderEliminarMuchísimas gracias por darme luz en la historia de mi bisabuelo Amadeo Monteagudo y abuelo Delfín Monteagudo maravillosas raíces .Gracias.Adela Monteagudo
Eliminar¿Qué voy a decir? Que me alegro, Adela, de que pudieses saber algunas cosas de tus antepasados de Fornelos. Saludos.
EliminarEstimados. Soy bisnieto de Pancho Rodriguez Rodriguez, oriundo de Salvatierra de Miño. Tras una estadia en Buenos Aires, volvió a Galicia a organizarse junto a los campesinos y entiendo que todo comenzó en la "Unión Campesina" que fundaron en una parroquia de Fornelos. Luego, fue asesinado el 2 de septiembre de 1911 Veo en su historia los primeros capítulos de lo que narra esta página, y que termina desenlazando en la guerra civil.
ResponderEliminarGracias por investigar y contar la historia de los vencidos. Estamos en contacto. Si tienen más información o fuentes donde crean que podamos ir a buscarla, será agradecida. Estoy yo también intentando reconstruir mi derrotero familiar. El asesinato de Pancho obligó a mi abuela y su hermano a irse a la Argentina, escapando de la impunidad política y judicial que protegió a los asesinos. Sin esa tragedia, yo no existiría. Años de dolor en silencio fueron necesarios para salir adelante, mi abuela se aguantó todo con una firmeza inconmovible. Ahora estamos en otra fase; somos las nuevas generaciones que necesitamos saber de dónde venimos, quiénes somos, y qué causas perseguimos.
Simplemente saludarlos, y quedar en contacto con todos.
Nicolás Vigarelli, argentino, bisnieto de Pancho, actualmente resido en España y me gustaría investigar sobre todo esto.
Saludo fraternal.